Un análisis especializado de movilidad.

Para muchos el confinamiento se ha vuelto tolerable gracias a las múltiples plataformas de entretenimiento. Entre las más populares está Netflix, que nos ofrece una variedad de contenido aparentemente inagotable; entre sus series de 2020 se encuentra “Emily en París”. Una trama, de tipo comedia romántica, que permite adentrarse en la vida de una mujer entusiasta, enamoradiza, amante de la moda, la mercadotecnia, el trabajo y la disciplina.  Quien obtiene la oportunidad laboral de reubicarse de Chicago a París, con la finalidad de instaurar el modelo americano en la sucursal parisina; recién adquirida por su agencia.

Su jefa norteamericana, la considera de lo más capaz y disciplinada para completar los proyectos ante un sorpresivo cambio de planes. Y Emily, sin dudar de su potencial y lo que representa dicho evento para su carrera: se muda a Paris. Pero ¿qué fue lo que Emily no contempló antes de trasladar su vida a otro país? ¿Y de ahí que enfrente nuevos retos a lo largo de la primera temporada? Crown analiza los aspectos más relevantes y los revela desde una mirada especializada.

La negociación de la asignación con su empleador.

Cualquier profesionista desearía obtener una asignación internacional; vivir y trabajar en el extranjero es una oportunidad que pocos dejarían ir. Sin embargo, esta debe aprovecharse y planearse de manera inteligente. Aquí la clave está en negociar los aspectos, que por ser tan cotidianos se subestiman; olvidando que estos dan estabilidad a las personas tanto para realizar su trabajo como para continuar con su vida personal en el extranjero.

Antes de aceptar hay que considerar: la duración de la asignación, el salario (costo de vida), las responsabilidades, el rol a ocupar en el nuevo destino, y las oportunidades de desarrollo tras la asignación. Si te gusta mucho ¿te puedes quedar y seguir trabajando para tu compañía? o a tu regreso ¿escalarás posiciones? Además, a Emily no le tocó vivir la pandemia durante su estancia en Paris, pero si algo hubiese pasado ¿contaba con seguro médico internacional?…

El primer error de cualquier asignado es minimizar el impacto y esfuerzo que profesionalmente representa el hecho de trabajar en el extranjero. No es un viaje de negocios que te permite abarcar una agenda y disfrutar de un par de atracciones. Por el contrario, implica mover toda tu vida hacia un nuevo país y cultura. Lo cual, te alejará de tus lugares favoritos, amistades, familia y/o pareja. Si estos detalles se dejan a un lado, en algún determinado momento pueden impactar en la implementación o peor aún el desempeño profesional.

Tomemos el ejemplo de la protagonista de la serie de Netflix: ella acepta la asignación para progresar en su carrera dentro de la agencia, cumpliendo con ello, estupendamente su papel de “mano derecha” con su jefa en Chicago. Sin embargo, no repara en el choque cultural que experimentará con la cultura organizacional y laboral de la agencia parisina; ni en el idioma, la importancia de la cultura, y el hecho de que se reubicará sola. Por lo anterior, analicemos algunos de los aspectos claves que  cualquier asignado debe contemplar, para evitar los mismos tropiezos de Emily; que se agravan conforme el paso de los capítulos (aunque tengan final feliz).

Vida personal – Honey, guess what? “estoy segura de que él amará mudarse a Paris”

Emily da por sentado que su novio – con quien ha estado más de X años- estará feliz de reubicarse. Sin embargo, él confiesa que no quiere mudarse porque también está progresando en su trabajo, y no está dispuesto a empezar de cero, ya que, entre sus metas personales está el ascender antes de cierta edad. En consecuencia, Emily le pide que vaya a visitarla (seguro tras un par de visitas él quedará fascinado y se mudará, piensa ella) y continúen en una relación a larga distancia. Emily sufre de nostalgia por su vida en pareja, y la diferencia de horario también se vuelve un obstáculo en su relación…

 

Vivienda y cultura – “je n’ai parle pas.. french, sorry”

Emily se da cuenta de que tendrá que emprender el proyecto sola y ¡no le importa, está en París! la “ciudad del amor y la moda”, además cuenta con una casa y el respaldo de una compañía. Pero en realidad: no se puede comunicar con la gente de su entorno ni de su trabajo.

La barrera idiomática le causa impedimentos desde su llegada: pedir ayuda al chofer del taxi para subir sus maletas hasta el 5° piso de su nuevo apartamento; le provoca malentendidos con los encargados de la panadería y florería; incluso la limita para informarle a su casera que no tiene agua caliente. En contraste,  su falta de francés representa una barrera idiomática dentro de su nueva oficina: no puede relacionarse ni entender lo que de ella dicen.

Y esto se generó desde su primer día, el día en que todo salió mal. Ella supuso que podía trasladar su misma rutina laboral a Paris; presentarse a primera hora para marcar la ruta hacia la invención de la forma de hacer marketing en Francia, y trabajar hasta conseguirlo. Mala idea. En París la gente comienza a trabajar a partir de las 10 y la hora de la comida puede extenderse hasta 2 horas, porque para ellos el comer es muy importante; es todo un ritual y un placer. Sirve tanto para relacionarte como para disfrutar de la vida. Los parisinos a diferencia de los americanos piensan que ellos trabajan para vivir, y no viven para trabajar. En otras palabras, no hay “workaholics” en su oficina.

Choque cultural – “I like Paris, but I’m not really sure Paris likes me.”

Además, en su primer día – sin alevosía alguna- Emily llegó reclamando, en inglés, el tardío comienzo de actividades; se presentó de súbito con su jefa y organizó una junta de emergencia con los encargados de redes sociales y mercadotecnia. La cual, fue un desastre tras exponer directamente una comparación del -para ella- precario desempeño de la agencia con respecto a los números de su compañía en los EE. UU. (para el mercado americano). Lo que para Emily parecía un comienzo prometedor termino siendo, una cadena de eventos que le valió una severa llamada de atención por parte de su jefa, quien estaba sorprendida por su falta de tacto, conocimiento de la agencia y cultura francesa. Es decir, Emily provoco que sus acciones fueran interpretadas como exigencias. Más adelante, estos retos se disipan por la constancia laboral de Emily, empero no la libra de malos ratos o rechazos por parte de su equipo y su jefa.

¿En qué falló Emily y su compañía? Ambos, pudieron haber hecho la introducción del equipo desde antes. Mediante una presentación vía remota, Emily pudo haber ubicado los roles, personalidades y responsabilidades del que sería su nuevo equipo de trabajo. Así mismo, pudo haber previsto que algunos colaboradores no serían capaces de compartirle información porque no hablaban inglés.

Su empleador pudo haberle brindado un entrenamiento cultural; con la finalidad de hacerle saber en qué aspectos su cultura se diferencia de la francesa.

Los perfiles culturales brindan estabilidad y aptitudes específicas a los profesionistas, que de antemano conocen en qué proyectos o aspectos pueden llegar a chocar con sus colegas. Ya que están enfocados en analizar e informar a los asignados sobre sus ventajas y desventajas profesionales dentro de un entorno cultural y laboral determinado. Por ejemplo, detectan qué cultura tiende a respetar más las jerarquías internas, el tipo de comunicación (si es directo o indirecto), el control del tiempo -¿con esos almuerzos de 2 horas es controlado o relajado?- o si tiende a generar relaciones laborales puramente transaccionales o interpersonales.

“The wonder of Paris is that nobody judges you for doing nothing. Here, it’s almost an art. There’s even a name for it. We are flâneurs.”

Las clases de idioma se volvieron parte de la rutina de Emily. A pesar de haber hecho algunas amistades, su integración se vuelve lenta, y en cada paseo o interacción con la cultura, la serie muestra las diferencias tan marcadas de un perfil a otro.

La mejor cualidad de Emily durante toda la serie es su actitud positiva y determinación en cumplir con sus objetivos laborales… los personales son lo que sazonan la trama; los romances, las fiestas, los paseos por la ciudad, etc.

Ningún asignado, así se reubique a otra ciudad dentro de su propio país, puede olvidar su propósito. Cuando uno pierde de vista sus objetivos y anhelos, es ahí cuando la nostalgia (homesickness) y hasta la tristeza dificultan la consecución de los planes. En el peor de los casos, las personas desisten y regresan a su país. Afortunadamente, ese no fue el caso de Emily, quien estrenará una segunda temporada desde París, y Crown continuará analizando la imagen de los profesionistas desde la mirada glamurosa de Netflix.

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